FOTOPROTECCIÓN contra el envejecimiento

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El sol emite diferentes tipos de radiaciones, entre las que hay que destacar los rayos ultravioleta y los infrarrojos, responsables de efectos beneficiosos y perjudiciales sobre la piel.

Existen dos tipos de radiaciones ultravioleta que llegan hasta la superficie de la piel, las B (UVB) caracterizadas por una longitud de onda entre 290 y 320 nm y las A (UVA) con una longitud de onda entre 320 y 400 nm.

Las UVB son las radiaciones de mayor energía pero penetran poco en la piel. Son responsables del eritema o enrojecimiento y desencadenan el proceso del verdadero bronceado.

Las UVA poseen menor energía, pero penetran más profundamente en la piel, son  responsables de la aparición de la pigmentación inmediata, juegan un papel esencial en el desencadenamiento de las alergias solares, de las reacciones fototóxicas y a largo plazo del fotoenvejecimiento de la piel.

Existen varios métodos para valorar los índices de protección frente al UVA, aunque no hay un método de valoración oficial o recomendado. Se utilizan métodos in vivo o basados en la capacidad de producir una pigmentación inmediata (PPI o IPD) o duradera (PPD). También existen métodos in vitro basados en la capacidad de transmisividad de la radiación sobre el producto (DIFFEY).

La exposición inadecuada al sol puede provocar insolaciones, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, alteraciones del sistema inmunitario, afecciones oculares y cáncer de piel. Para evitar estos efectos adversos se ha desarrollado un tipo especial de productos cosméticos, los protectores solares o fotoprotectores.

 

El Factor de Protección Solar (FPS) nos indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura, por lo que nos está dando información sobre la protección frente al UVB.

 

RESISTENCIA AL AGUA.

Otra propiedad muy importante que pueden presentar los fotoprotectores, y que está relacionada con su eficacia, es la resistencia al agua:

Water resistant. Cuando el fotoprotector no ha perdido su capacidad protectora después de 40 minutos de inmersión en el agua.

CONSEJOS DE UTILIZACIÓN

  • Utilizar el fotoprotector adecuado para cada tipo de piel o zona del cuerpo (crema, spray, leche o gel), fototipo, edad y circunstancias de exposición.
  • Aplicar el fotoprotector en cantidad generosa (2 mg/cm2), de forma uniforme, sobre la piel seca, media hora antes de la exposición al sol.
  • Renovar la aplicación a las 2 horas y después de cada baño.
  • Emplear una fotoprotección más alta en las primeras exposiciones solares.
  • Extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol: cara, cuello, calva, hombros, escote, orejas, manos y empeines. La protección de los labios se debe hacer con lápices o barras fotoprotectoras, y la del cabello con productos específicos.

DUDAS FRECUENTES

  1. ¿En la sombra o bajo una sombrilla hay que utilizar protección solar? Las radiaciones solares se reflejan y pueden incidir en una persona que no este expuesta directamente al sol.
  1. ¿Cuándo la piel está bronceada hay que seguir protegiéndola? El bronceado natural tiene una capacidad de protección pequeña frente al UVB y ninguna frente a los efectos de las radiaciones UVA.
  1. ¿En días nublados es necesario utilizar un protector solar? Las radiaciones atraviesan en un 90% las nubes.
  1. ¿Un índice de protección elevado impide broncearse? No. Protege de las quemaduras y permite que el bronceado se mantenga más tiempo.
  1. ¿El sol envejece la piel, con aparición de arrugas y manchas? Es uno de los efectos de las radiaciones UVA.
  1. ¿La piel tiene memoria? Los daños solares se acumulan de forma progresiva en la piel y esta recuerda quemaduras importantes sobre todo recibidas en la infancia.

Pide SIEMPRE asesoramiento a tu esteticista de confianza.

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